La Dependencia Emocional es la necesidad excesiva de cariño y atención constantes que sienten algunas personas con respecto a alguien con quien poseen un vínculo afectivo. Suele darse en las relaciones de pareja, el caso más común, aunque también puede darse en otro tipo de relaciones interpersonales. Finalmente, esta situación puede llevar a la persona dependiente a un deterioro de su vida personal y social y también de su propio bienestar global.

​

Patrones de dependencia emocional y señales de alerta:

1. Patrón sumiso. La emocional predominante de este patrón es la ansiedad, debido al miedo a ser abandonado, a no ser querido y a la extrema necesidad de que alguien le ayude a sobrellevar sus problemas. La baja autoestima suele estar detrás de este patrón, así como las heridas emocionales. Sienten que no se merecen que les quieran y que les valoren y, por ello, están dispuestos a hacer cualquier cosa para evitar el abandono.

2. Patrón dominante. La ira y los enfados recurrentes son los protagonistas en este patrón. Se consideran malas personas, y por ello creen no merecer ser queridos, y por lo tanto les invade el miedo de ser abandonados. Ejercen el rol de control, intentando someter y hacer dependiente a la otra persona de sus cuidados.

3. Patrón evitativo. Estas personas se alejan emocional y físicamente de las personas de su alrededor y, además, también lo hacen de sus propias emociones. Parecen ser personas poco dependientes por ello, ya que no son conscientes de su tristeza. Intentan mostrar desinterés a su gran sensación de soledad.